La temperatura está relacionada con la energía interior de los sistemas, de acuerdo al movimiento de sus partículas, y cuantifica la actividad de las moléculas de la materia: a mayor energía sensible, más temperatura. La temperatura se mide con un termómetro y su unidad en el Sistema Internacional se mide en una unidad fundamental que se denomina Kelvin (K).
El volumen es el espacio que ocupa un cuerpo. La unidad de volumen en el Sistema Internacional es una magnitud derivada que se denomina metro cúbico (m3)
La presión relaciona la fuerza con la superficie sobre la cual actúa, es decir, equivale a la fuerza que actúa sobre la superficie. La presión se mide con un barómetro y en el Sistema Internacional, la presión se mide en una unidad derivada que se denomina pascal (Pa)
El IES Joaquín Rodrigo ha sido galardonado con el Sello de Calidad Europeo por el excelente trabajo realizado en el proyecto "Famous persons in..." de eTwinning. Esto significa que nuestro trabajo, el trabajo de sus estudiantes y el de nuestro Instituto ha sido reconocido al más alto nivel europeo.
Nuestro proyecto aparece en la actualidad junto al resto de proyectos con Sello de Calidad Europeos en el Portal Europeo eTwinning
Nos sentimos muy satisfechos de encontrarnos entre los Sellos de Calidad que han sido otorgados a docentes españoles por ser proyectos todos ellos extraordinarios.
En Recursos Joaquín Rodrigoqueremos volver a felicitar a Laura, Joel, Alin, Alberto, Irene, Mario, Bogdan, Angela, Javier, Blanca, Daniel, Angie y Cristal de aquel 4º de CAAP por su esfuerzo y dedicación en este proyecto y sobre todo por aquel curso que pasamos junt@s. ;-)
Desde nuestro barrio de Vicálvaro hasta la lejana Normandía queremos también felicitar a nuestr@s compañer@s de École Victor Hugo de la ciudad de L'Aigle en Francia y muy especialmente a su profesora Katerina Zinieri por ser la compañera ideal para hacer un hermanamiento eTwinning.
En este vídeo se pude ver un montaje documental imprescindible para visualizar la evolución humana y el proceso de hominización. El inteligente punto de vista con el que se enfoca consigue que el espectador conecte muy bien con lo que se quiere transmitir.
El enlace covalente se produce entre dos átomos cuando estos átomos se unen, para alcanzar el octeto estable, compartiendo electrones del último nivel (excepto el hidrógeno que alcanza la estabilidad cuando tiene 2 electrones). Para generar un enlace covalente es preciso que la diferencia de electronegatividad entre los átomos sea menor a 1,7.
Denominamos estructura de Lewis al esquema en el que aparecen todos los átomos de la molécula con sus electrones de la última capa y en la que vemos tanto los pares compartidos o enlaces covalentes, como los no compartidos o pares no enlazantes.
Los pasos a seguir son:
Realizar la configuración electrónica de los átomos para conocer cuántos electrones de valencia tienen.
Saber los enlaces que quiere formar cada uno de los átomos, serán los mismos que electrones le falten para completar el octeto.
Dibujar esos pares enlazantes y añadir los pares no enlazantes a cada átomo para que aparezcan todos sus electrones de la última capa.
Las estructuras resonantes son útiles porque permiten representar moléculas, iones y radicales para los cuales resulta inadecuada una sola estructura de Lewis. Se escriben entonces dos o más de dichas estructuras y se les llama estructuras en resonancia o contribuyentes de resonancia. ACTIVIDAD VI: La resonancia en química ACTIVIDAD VII: Resonancia del benceno ACTIVIDAD VIII: Estructuras resonantes
La teoría de repulsión de pares de electrones de valencia, es un modelo usado en química para predecir la forma de las moléculas o iones poliatómicos. Está basado en el grado de repulsión electrostática de los pares de electrones de valencia alrededor del átomo central.
Para que una molécula sea polar, debe tener átomos con diferente electronegatividad y separación de cargas en la moléculas, con estas dos premisas en la molécula habrá un momento dipolar en la molécula. ACTIVIDAD XIII: Polaridad de moléculas ACTIVIDAD XIV: Naturaleza del enlace
La teoría de hibridación de orbitales complementa la teoría de enlace de valencia a la hora de explicar la formación de enlaces covalentes. En concreto, la hibridación es el mecanismo que justifica la distribución espacial de los pares de electrones de valencia. Los tipos de hibridación de orbitales que necesitamos aplicar para justificar la geometría de las moléculas más simples son: sp, sp2 y sp3.
Las ideas básicas del modelo de hibridación son:
Un orbital híbrido es una combinación de orbitales atómicos
El número de orbitales híbridos que se forman es igual al número de orbitales atómicos que se combinan.
Los orbitales híbridos formados tienen la misma forma y una determinada orientación espacial: sp lineal; sp2 triangular plana y sp3 tetraédrica.
Los orbitales híbridos disponen de una zona o lóbulo enlazante y otra zona o lóbulo antienlazante; el enlace se produce por el solapamiento del lóbulo enlazante con el otro orbital del átomo a enlazar.
Los compuestos iónicos forman redes cristalinas constituidas por un número enorme de iones de carga opuesta, unidos por fuerzas electrostáticas. Este tipo de atracción determina las propiedades observadas. Si la atracción electrostática es fuerte, se forman sólidos cristalinos de elevado punto de fusión e insolubles en agua; si la atracción es menor, como en el caso del NaCl, el punto de fusión también es menor y, en general, son solubles en agua e insolubles en líquidos apolares, como el benceno.
La energía de red o energía reticular es la energía que se desprende al fomarse un mol de cristal iónico a partir de los iones que lo componen en estado gaseoso. Para calcular la energía reticular se puede usar la ecuación de Born-Landé
Mediante el ciclo de Born-Haber es posible calcular el valor de la energía reticular utilizando un camino indirecto basado en la ley de Hess, sin más que sumar los cambios de energía que tienen lugar en el proceso de formación del compuesto iónico.
El actual Sistema Internacional (SI) es el sistema adoptado internacionalmente, utilizado en la práctica científica y el único legal en España, en la Unión Europea y en numerosos otros países. El SI parte de un pequeño número de magnitudes/unidades denominadas básicas definiendo, a partir de ellas, las denominadas derivadas, como producto de potencias de las básicas. Cuando este producto de potencias no incluye ningún factor numérico distinto de la unidad, estas unidades derivadas se denominan coherentes. Así pues, el SI es un sistema coherente de unidades, que permite cuantificar cualquier magnitud medible de interés en la investigación, la industria, el comercio o la sociedad, en campos tan variados como la salud, la seguridad, la protección del medio ambiente, la adquisición de bienes o la facturación de consumos, por ejemplo.
El SI actual consta de siete unidades básicas, más un amplio grupo de unidades derivadas, junto a un conjunto de prefijos adoptados para denominar los valores de aquellas magnitudes que son mucho más grandes o mucho más pequeñas que la unidad básica, y que van desde el prefijo yocto hasta el prefijo yotta.
Desde Recursos Joaquín Rodrigo nos hacemos eco de la información del Centro Español de Metrología, en la que se comenta que en noviembre de 2018 se revisará las definiciones del kilogramo, amperio, kelvin y mol y es probable que esta revisión sea aprobada por la Conferencia General de Pesas y Medidas (CGPM), el organismo internacional responsable de la comparabilidad global de las mediciones. Se espera que las definiciones revisadas entren en vigor el 20 de mayo de 2019
En el SI revisado, el kilogramo, el amperio, el kelvin y el mol se redefinirán en términos de valores numéricos fijos de las siguientes constantes de la naturaleza:
La constante de Planck (h),
La carga elemental (e),
La constante de Boltzmann (k),
La constante de Avogadro (NA), respectivamente.
y heredarán las incertidumbres asociadas a la determinación de dichas constantes.
Todas las definiciones de las unidades, se redactarán de forma distinta a la actual, de manera que las constantes aparezcan en ellas de manera explícita.
El resultado será una definición más coherente y fundamental de todo el SI, prescindiendo de realizaciones prácticas basadas en artefactos materiales, como era el caso hasta ahora del prototipo internacional del kilogramo, con posibilidad de pérdida y fuertes limitaciones de estabilidad a largo plazo, pasando a realizaciones prácticas más exactas, además de reproducibles en cualquier tiempo y lugar.
Las fuerzas que mantienen unidos los átomos se denominan enlaces. Un enlace químico se produce cuando los átomos unidos adquieren un estado de menor energía y por tanto de mayor estabilidad, que cuando los átomos estaban por separado.
Cuando dos átomos están lo suficientemente separados, se puede suponer que no existe influencia mutua entre ellos y que la energía del sistema formado es nula. A medida que se van acercando, se ponen de manifiesto una serie de fuerzas de atracción de sus núcleos sobre las nubes electrónicas de los otros átomos (fuerzas de largo alcance), lo que produce una disminución de la energía del sistema.
Cuando los átomos se encuentran uno cerca del otro, empiezan a actuar las fuerzas de repulsión entre las nubes electrónicas, estas fuerzas tienen un efecto mayor a corta distancia, entonces el sistema se desestabiliza.
Ambas situaciones se pueden representar gráficamente mediante curvas de estabilidad, curvas de Morse. Se observa que existe una distancia internuclear en la que el sistema es más estable, siendo máximas las fuerzas de atracción y mínimas las de repulsión, esta distancia se denomina distancia de enlace y corresponde al mínimo de la curva. La energía correspondiente a esta distancia es la que se desprende en la formación del enlace químico.
Los diferentes tipos de enlaces químicos los puedes repasar en el siguiente vídeo y con las siguientes actividades:
La materia tiene como propiedades generales la masa y el volumen, todos los cuerpos independientemente del estado de agregación tienen una masa y ocupan un volumen.
Los principales estados de agregación de la materia son tres; sólido líquido y gaseoso.
Los sólidos tienen forma y volumen constantes, los líquidos se caracterizan por tener volumen constante y forma variable y los gases tienen forma y volumen variable.
El modelo cinético-molecular de la materia se basa en que la materia es discontinua, sus partículas están en movimiento debido a dos clases de fuerzas: de cohesión y de repulsión.
El modelo cinético-molecular permite describir los tres estados de la materia.
Los cambios de estado se denominan: fusión (paso de sólido a líquido), solidificación (de líquido a sólido), vaporización (de líquido a gas), condensación (de gas a líquido), sublimación (de sólido a gas) y sublimación inversa (de gas a sólido).
Todas las sustancias puras tienen una gráfica de calentamiento o de enfriamiento características.
La temperatura o punto de fusión de una sustancia es la temperatura a la que se produce el cambio de estado de sólido a líquido en toda la masa del sólido.
La temperatura o punto de ebullición de una sutancia es la temperatura a la que se produce el cambio de estado de líquido a gas en toda la masa del líquido.
El calor latente es la energía requerida por una cantidad de sustancia para cambiar del estado sólido al líquido (calor latente de fusión) o de líquido a gaseoso (calor latente de vaporización).
Modelo de Dalton: Propone que los átomos están formados por esferas compactas e indivisibles. Explica adecuadamente los aspectos ponderales de las reacciones químicas, pero es insuficiente para explicar la naturaleza eléctrica de la materia.
Modelo de Thomson: El átomo está formado por unas partículas con carga eléctrica negativa (electrones), inmersas en un fluido de carga eléctrica positiva.
Modelo nuclear: Los átomos tienen dos partes: el núcleo central, pequeño y compacto, y la corteza alrededor del núcleo y prácticamente vacía. Aspectos a tener en cuenta en este modelo son los siguientes:
El núcleo está formado por los protones, con carga eléctrica positiva, y los neutrones, eléctricamente neutros.
El número atómico. Es el número de protones que tiene el núcleo. Se representa con la letra Z y coincide con el número de electrones cuando el átomo es neutro. Todos los átomos de un elemento químico tienen el mismo número atómico.
El número másico. Es el número total de partículas que hay en el núcleo de un átomo (protones y neutrones). Se representa con la letra A.
Los isótopos son átomos del mismo elemento que tienen el mismo número atómico, pero distinto número másico.
La corteza atómica es la zona exterior del átomo donde están los electrones moviéndose en torno al núcleo, ocupa casi todo el volumen del átomo, aunque tiene una masa muy pequeña comparada con la del núcleo.
Los electrones se distribuyen en la corteza en capas o niveles de energía que contienen subniveles. En cada capa pueden situarse: 2 electrones en la 1ª capa (El subnivel s), 8 electrones en la 2ª capa (Dos en el subnivel s y Seis en el subnivel p), 18 electrones en la 3ª capa (Dos en el subnivel s, Seis en el subnivel p y Diez en el subnivel d), 32 electrones en la 4ª capa, etc..
Los elementos químicos aparecen clasificados en orden creciente de número atómico en la Tabla Periódica distribuidos a lo largo de 18 columnas o grupos y 7 filas o períodos.
Los átomos, por lo general, se presentan agrupados formando elementos (átomos del mismo número atómico) o compuestos (átomos de distinto número atómico). Las moléculas están formadas por dos o más átomos de un mismo o de diferentes elementos.
Los átomos de los elementos tienden a ganar, perder o compartir electrones para conseguir que su nivel más externo adquiera una configuración más estable. El enlace químico es la unión que se establece entre las partículas elementales que constituyen una sustancia. Existe este tipo de enlaces:
El enlace iónico es la unión que resulta de la presencia de fuerzas de atracción electrostática entre iones de distinto signo.
El enlace covalente es la unión de dos átomos que comparten uno o más pares de electrones.
El enlace metálico es la unión que existe entre los átomos de los metales, que se encuentran formando una red cristalina.
La Semana Europea de la Programación es una iniciativa promovida por la Comisión Europea que pretende acercar la programación informática de un modo atractivo y divertido a toda la población europea, pero con un especial foco en la infancia, para mostrar su potencial y eliminar mitos sobre esta disciplina.
Como desde Recursos Joaquín Rodrigo siempre hemos creído en las competencias clave, nos encanta que desde la Semana Europea de la Programación se afirme que:
«Las competencias digitales son fundamentales para un verdadero mercado único digital y nos ayudan a comprender cómo se construye este mundo nuestro, cada vez más conectado. La programación no tiene que ver solamente con ordenadores, también está relacionada con la resolución de problemas, la comunicación, la colaboración y la creatividad necesarias para los empleos de hoy y del futuro».
Todos los estudiantes deben tener la oportunidad de aprender Ciencias de la Computación. Ayuda a fomentar las habilidades de resolución de problemas, la lógica y la creatividad. Introducir a los estudiantes de forma temprana en las ciencias de la computación, les permitirá disponer de conocimientos imprescindibles en el s.XXI; fundamentales sea cual sea su futuro desarrollo profesional.
Desde Recursos Joaquín Rodrigonos sumamos a la "Code Week 2018" generando desde la plataforma eTwinning eventos de 1,5 horas de duración para trabajar esta iniciativa coincidiendo con la celebración de la Semana Educativa de las Ciencias de la Computación, por segundo año consecutivo. Este evento en línea será en castellano tendrá lugar a través de la Plataforma eTwinning y tendrá lugar el domingo 7 de octubre de 9:30 h a 11:00 h CET
Nuestro evento y todos los que realizan los puedes visualizar en el siguiente mapa:
Desde Recursos Joaquín Rodrigo, nos sentimos muy satisfechos debido a que el evento lo pudieron ver en numerosos sitios europeos, con los que aparecen en:
La energía de ionización es la energía mínima que se requiere para arrancar un electrón de un átomo gaseoso en su estado fundamental, transformándolo en un catión.
El radio atómico indica la distancia que existe entre el núcleo y el orbital más externo de un átomo. Por medio del radio atómico, es posible determinar el tamaño del átomo.
El radio iónico establece la distancia entre el centro del núcleo del átomo y el electrón estable más alejado del mismo, pero haciendo referencia no al átomo, sino al ion.
Para repasar las propiedades periódicas puedes visitar las siguientes actividades y reflexionar los motivos por los que varían las propiedades periódicas: